El gran referente de la oriental ciudad de Anaco era la explotación de hidrocarburos y para muchos la vida cultural «era nula». Por la zona se veían a muchos ingenieros y técnicos que laboraban en la industria gasífera, pero ahora también caminan por la calle actores y productores de cine.
Fue hace 16 años cuando empezaron a impulsar iniciativas artísticas con constancia y en 2006 se fundó la Escuela de Cine en Formación, que a mediados de este 2013 estrenará su primer largometraje a nivel nacional: Al otro lado, dirigida por Luis Antonio Cerasa.
De niño, Cerasa llegaba de la escuela, en su natal Maracay, con ansias de ver su programa de televisión preferido: Alfred Hitchcock presenta, una serie conducida por el propio maestro del suspenso, con capítulos llenos de drama y misterio.
«Eso sembró la curiosidad en mí y dije que haría una película de terror», confesó el director.
Hace 17 años llegó a Anaco y se tomó a pecho la labor de crear espacios para que los jóvenes drenaran sus impulsos hacia el arte y orientaran sus talentos. Así nació la Escuela de Cine en la ciudad.
Unos siete cortometrajes ha producido la Escuela y los temas sociales han sido recurrentes. Sombras, que viajó al Festival de Nuevos Realizadores Latinoamericanos de La Habana, trata sobre el embarazo precoz; Aún no es tarde propone una reflexión sobre el cáncer de mamas.
También hicieron una tragicomedia llamada La Santurrona, e Inocencia Rota, una producción que alerta sobre el maltrato infantil, que ganó en 2008 el tercer lugar del Concurso de Video y Cine Comunitario, dentro del Festival de Cine Latinoamericano y Caribeño de Margarita.
«Eso nos decía que íbamos por buen camino y decidimos hacer un largometraje que nos permitiera hacer otras cosas». Entonces, empezaron el camino hacia Al otro lado, el primer largo de suspenso que se rodó en el país, según los estudios que realizaron.
Película 100% de Anaco
Cerasa casi siempre habla en plural, lo que da una idea de la conciencia de colectivo: «decidimos», «empezamos», «producimos», «culminamos».
El proyecto de película se materializó en un año y dos meses. Filmaban sólo los fines de semana porque el director debía viajar los demás días y todo el personal que participó en la película es de Anaco.
«Hicimos un casting abierto en la comunidad anaquense, vinieron más de 120 personas, en la preselección quedaron 70 que hicieron un taller de arte dramático en el auditorio de Pdvsa Gas. De ese grupo salieron 36 actores y actrices graduados, de ellos se involucraron 23 en la película y otros al proceso de producción», explicó.
Hasta los efectos en tercera dimensión los hicieron los estudiantes de la Escuela de Cine y en la película participaron profesionales de Anaco de distintas áreas. Hay médicos que también son productores y abogados e ingenieros que son actores.
«Esta película se hizo sólo en la ciudad de Anaco, no traje aquí a nadie de ninguna parte», expresó Cerasa, quien sacando cuentas calcula que el gasto efectivo de la película fueron unos 130.000 bolívares.
«El resto fueron servicios, productos de intercambio con empresas locales, familias de la zona, con la panadería del vecino, con el café de doña María, con la camioneta de fulano, con mi carro. Con la suma de todo eso, el costo de la película puede llegar a los 600.000 bolívares».
Del viacrusis al estreno nacional
Una vez lista la película, el director obtuvo la certificación como producción nacional culminada en el Centro Autónomo de Cinematografía (Cnac) y empezó un recorrido por distribuidoras.
Cuenta que la Cinematográfica Blancica, una de las más grandes del país, lo recibió, le pidió que proyectara la película y llevara imágenes del evento. Lo hizo, pero más nunca lo llamaron.
«El preestreno que hicimos en el circuito Movie Planet de Anaco fue a sala llena», expresó y aseguró que desde que comienza la película «no te puedes mover hasta que termine».
Luego exhibieron la película en el Festival de Cine Entre Largos y Cortos Oriente 2011 y salió con el premio Mejor Largometraje Regional. A partir de allí empezaron los trámites y la lucha para conseguir el traslado a 35 milímetros y, finalmente, con apoyo del Cnac lograron.
El presidente de esta institución, Juan Carlos Lossada, anunció que éste será el primer largometraje de producción comunitaria que llegará a las salas comerciales del país y se espera su estreno para el segundo trimestre de este año.
La película
El recuerdo de Alfred Hitchcock sigue vivo en la mente de Cerasa. No olvida una de las películas que más le impactó de este cineasta británico: La ventana indiscreta, ni el documental que vió cuando tenía nueve años de edad sobre los efectos especiales y el maquillaje en las películas de terror.
Todo el terror y el suspenso que vio en su infancia aún lo inquietan y eso lo ha plasmado en sus producciones y, sobre todo, en Al otro lado, que a grandes rasgos cuenta la aventura de un grupo de jóvenes recién graduados del liceo que planea una fiesta en una casa abandonada, pero no es cualquier casa. Los dueños desaparecieron sin explicación hace un tiempo.
«La historia es propia, personal. La gente habla de la religión como parte de sus vidas y para los católicos, santeros, hinduístas, el espíritu de una persona cuando muere va a otro lugar, pero yo soy descendiente de indígenas, y para nosotros el espíritu vuelve a la naturaleza de donde vino».
Los jóvenes bachilleres logran conseguir las llaves de la casa, arman su fiesta alrededor de la piscina, pero una pareja del grupo empieza a discutir y deciden penetrar en la vivienda. «Allí se prende el gran vaporón, porque se activa la ventana dimensional que está dentro de la casa y terminan pasando al otro lado», reveló el director.
Anaco prestó todos sus atributos para la filmación. Cerasa observó en la geografía de esta ciudad un enorme potencial cinematográfico, además de las bondades y perjuicios de una urbe que tiene el verdor de los llanos orientales.
«La vegetación que es muy cambiante, de pronto frondosa, de repente totalmente seca. Hay una diversidad que nos permite hacer muchas cosas y a 45 minutos tenemos las playas de Puerto la Cruz».
Cine sostenible
Con Al otro lado no sólo proponen, desde Anaco, una historia al espectador. El proyecto de la película va más allá, quieren que se convierta en un modelo de cine que podría hacer más al séptimo arte criollo basándose, sobre todo, en hacer producciones con bajo presupuesto.
«Este modelo de cine puede ser para el futuro del cine venezolano, la piedra angular. Que los realizadores dejen de estar desangrando el Cnac con películas costosas. Si dieran más recursos a los nuevos realizadores se pudieran hacer más películas en el país», dijo el realizador.
Citó el ejemplo del cineasta Carlos Malavé y su cine guerrilla, que llegó a hacer películas como Las Caras del Diablo, una producción a bajo costo que logró captar cerca de 80.000 espectadores.
Apuntarse en este movimiento es la consigna de Cerasa, quien hace un llamado a invertir más recursos en las regiones. «Imagínate una película por estado ¿de cuantas producciones tuviéramos al año?»./AVN